LLEVARON A “EL GAUCHO” FUNES A VILLA MERCEDES PARA AMPLIAR SU RESPONSABILIDAD EN EL NEGOCIO DE LA COCAÍNA.

Fue llamado a una audiencia que se realizó esta mañana en el Juzgado Federal. Con él estuvieron otros dos hombres que están involucrados en querer transportar droga hacia San Luis.

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Esta mañana Diego “El Gaucho” Funes llegó al Juzgado Federal de Villa Mercedes, alrededor de las 10, para asistir a la audiencia donde formalizaron una investigación que le suma responsabilidades en el comercio de la cocaína. Sindicado como el líder de una banda narcocriminal que manejaba el negocio de ese narcótico en la ciudad, es que desde mayo pasado está en el Servicio Penitenciario Provincial junto a muchos integrantes de su familia. La investigación forma parte de la lucha contra el narcotráfico que se lleva adelante en la Provincia.

Con Funes asistieron otros dos compañeros de pabellón. Oscar Ezequiel Gil, a quien le atribuyen ser colaborador de él: fue detenido el 24 de julio pasado cuando viajaba con droga, en su auto, por la Autopista de las Serranías Puntanas de Villa Mercedes a la ciudad de San Luis. El otro se llama Diego Mansilla (está en la cárcel por una causa del Juzgado Federal de San Luis). A los tres les atribuyen la responsabilidad de coordinar el traslado de droga a la capital puntana.

También concurrió una joven de 19 años (hija de uno de los imputados), que tiene una participación en el delito, pero no se encuentra detenida. Tampoco, el fiscal Danilo Miocevic pidió al juez Federal Juan Carlos Nacul que siga en libertad, y que además de están disponible para cuando sea requerida, deberá comunicar al Tribunal si por algún motivo debe cambiar de domicilio. Para estar en la audiencia viajó desde San Luis, que es donde reside.

Funes, Gil y Mansilla .Cada uno de los acusados tuvo que responder frente al juez sobre los datos personales que les iba requiriendo. Cuando a Funes le preguntaron qué apodo tenía dijo que ninguno, es decir, no reconoció ninguno. Sin embargo, lo conocen como “Negro” o “El Gaucho”. A continuación comentó que era comisionista de hacienda, y organizador de jineteadas. Cuando lo detuvieron por liderar un clan familiar en mayo pasado tuvo la representación de dos abogados particulares. Hoy se presentó con el patrocinio de la defensora oficial Claudia Ibáñez.

La Fiscalía Federal relató las evidencias que se acumularon en estos dos meses para sostener la calificación legal, a la que finalmente hizo lugar Nacul. Si bien a Gil ya le formularon los cargos (por lo cual está con prisión preventiva) hoy fue trasladado porque se modificó la calificación legal con la que fueron imputados. Se trata del delito de tráfico de estupefacientes en la modalidad de transporte, para los tres, con el agravante de haber participado tres o más personas. Se dispuso que el plazo para concluir la investigación penal preparatoria vencerá el 3 de diciembre. Aportó Miocevic que todavía hay medidas de prueba en marcha, por ejemplo, concluir con el peritaje de los celulares incautados. También se pidieron informes de billeteras virtuales para establecer precisiones sobre depósitos o transferencia que tengan relación a los ilícitos.

Gil tenía 210 gramos de cocaína en el vehículo cuando detuvieron marcha de su vehículo en pleno viaje a San Luis. Tiene como abogado a Bautista Rivadera. Tras su arresto la Justicia Federal ordenó allanamientos en dos propiedades donde encontraron más de 2 millones de pesos en efectivo, teléfonos celulares y cuadernos con anotaciones que revelan la vinculación con la red de narcotráfico que tiene a Funes como líder.

Mansilla tuvo como representante legal al defensor oficial Reynaldo Pastor.

Diego “El Gaucho” Funes.

Gil dijo en la audiencia del 25 de julio (donde le dictaron la prisión preventiva) que hace “desmonte”, que fue chofer y realizó cualquier tipo de trabajo. También que en su casa tiene una pollería que la atiende su esposa. No pudo decir cuánto dinero le daba ese negocio mensualmente. La Fiscalía tiene probado que Gil es una persona de confianza para Funes, ya que era quien realizaba los trámites que él ni su pareja, Caty Villega, podían hacer porque están privados de la libertad. Era quien le llevaba a la cárcel la ropa, zapatillas u otras cosas que necesitaba.

Cobertura e informes: Rocío Ojeda y Nahuel Sanchez